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Dentro de los filósofos que más admiro por su capacidad de análisis y su estética literaria está Fernando González, y esta frase inspiró el concepto de esta bitácora y de su portada morada: color de la magia, integrada por un hombre sumergido en el océano, con un mundo que emerge en su cabeza, un mundo donde él mismo habita ambientado por amatistas (piedras de la alquimia) y plantas que dan semilla de tiempo, libros y flores. Allá en la cima de las montañas (de sus montañas) hay un palacio, el palacio de su memoria. Este escenario mágico está asociado con el conocimiento del hombre mismo y su capacidad de crear desde su interior para verter obra al exterior.

No es nuevo que al artista se le asuma como un mago, desde la edad de piedra tenemos la referencia de que se le atribuía a los artistas una especie de don mágico que hacía posible la obra, más allá en Grecia el poeta era un ser tocado por los dioses, una especie de médium entre lo celeste y lo terrestre con la habilidad de traducir ciertos misterios en imagen, texto, música gracias a la ayuda de las musas.

Si cada bitácora tiene una excusa para invitar a hacer arte, la de esta ilustración viene siendo convocar a conocerse a sí mismo y registrar esta aventura. ”Desde ahora estás llamado a contemplar el mundo escrutando tu existencia, así puedes dar fé de la magia que se encuentra en tu propia experiencia vivencial y por supuesto creativa”.


 

Características técnicas: 

Bitácora ilustrada en pasta dura / Argolla bronce / Guardas y bolsillo ilustrado/ 82 hojas en papel de caña de azúcar. 

Medidas: 24 cm  x 16,5 cm

 

 

- No tiene versión pocket 

 

Cuaderno Bitácora Noche/Para los magos

$40.000,00Precio
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